Escapar de afirmaciones tipo “quien está contra el capitalismo, está con el comunismo” o pensar en premiar a las empresas más responsables, democráticas y ecológicas recuerda  a historietas contadas por Mary Poppins. Pero, ya son muchos los que no sólo esperan un nuevo orden económico, sino que lo necesitan. La economía del bien común (Deuticke, 2010) es un sistema económico alternativo completo, los fundamentos habían sido desarrollados por Christian Felber en Nuevos valores para la economía (Deuticke, 2008) y más tarde pulidos por un, cada día mayor, círculo de empresarios. Hasta finales del 2011 apoyaron la iniciativa más de 500 empresas de 13 países. 200 empresas pioneras aplicarán el corazón del modelo, el Balance del Bien Común. El movimiento crece globalmente en cada día más ramas de actuación. 31 “Campos de energía” (grupos de apoyo local) se han fundado hasta la fecha en Austria, Alemania, Italia, Suiza, Liechtenstein, España, Argentina y Honduras.

Uno de los 20 puntos principales: ‘Las empresas con buenos balances del bien común disfrutarán de ventajas legales: tasas de impuestos reducidas, aranceles ventajosos, créditos baratos, privilegios en compra pública y a la hora de reparto de programas de investigación, etc. La entrada en el mercado se verá, por tanto, más favorecida para actores éticos y sus productos y servicios, que los de los no-éticos, indecentes y no ecológicos’.

La economía del bien común es un proceso participativo, de desarrollo abierto que busca sinergia en procesos similares como: economía solidaria, economía social, movimiento de bienes comunes, economía del postcrecimiento o democracia económica. Juntando sus esfuerzos, una gran cantidad de personas y actores son capaces de crear algo fundamentalmente nuevo. La implementación de la visión requiere motivación intrínseca y autorresponsabilidad, incentivos económicos, un orden político-legal coherente, así como concienciación. Todas las personas, empresas y comunidades están invitadas a participar en la reconstrucción de la economía hacia el bien común.

Está fuera del comunismo o economías planificadas basadas en dictaduras y fuera del capitalismo. Es un camino diferente, no se si mejor o peor pero, me alivia que existan movimientos, que se busquen soluciones, que no nos conformemos…

Ya lo decía Don Quijote de la Mancha: “Cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura ni utopía. Sino justicia”.  Follow.

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